"Desde diciembre aumentaron un 70% las consultas de argentinos", pero "desde la expropiación de Vicentin subieron un 20% más", indicó agente inmobiliario.
La percepción de falta de seguridad jurídica, la exposición financiera por haber blanqueado, el proyecto de impuesto a la riqueza, el efecto Vicentin y la ley de alquileres
fueron la combinación perfecta para que aumentaran las consultas de argentinos que analizan venir a vivir a Uruguay. Terminan de completar el combo las ventajas impositivas que encuentra un sector de alto poder adquisitivo en Uruguay. Las averiguaciones llegaron a inmobiliarias, estudios contables, bufetes de abogados y hasta a colegios de Uruguay. Algunos comienzan a consultar no con la decisión definitiva de instalarse sino como una forma de sondear la posibilidad: abrir el paraguas ante una futura mudanza. En muchos casos buscan mejorar las rentas que obtienen en Argentina. "Se incrementaron las consultas de argentinos que poseen una parte importante de su patrimonio afuera y que averiguan sobre la posibilidad de cambiar de residencia por la presión fiscal y la última reforma tributaria", comenta César Litvin, socio y CEO del estudio Lisicki Litvin y Asociados. La principal preocupación pasa por la ley de solidaridad social impulsada por el Gobierno argentino, que elevó de 0,25% a 2,25% la alícuota máxima de gravamen sobre los bienes en el exterior abarcados por el Inversión y mudanza Gustavo Pereira, director de la inmobiliaria Amarras y residente de Punta del Este, tuvo días agitados fuera de temporada. Durante el encierro a causa del coronavirus, arrancaba el Zoom a las 10 de la mañana y lo cerraba a las 19. ¿Tema? Los argentinos que quieren invertir y mudarse al Uruguay. "Las consultas se empezaron a acelerar desde las PASO, más que nada para la compra de inmuebles. Durante el verano se hicieron charlas que resultaron multitudinarias en hoteles y en la municipalidad de Maldonado. Pero a partir de la cuarentena, que la gente tenía tiempo, empezamos a recibir muchas consultas de residencia fiscal. Todo esto surge porque el presidente [de Uruguay] Luis Lacalle Pou dijo que quería atraer 100.000 extranjeros de buen poder adquisitivo para mover al país", cuenta.
Pedro tiene 72 años y hace más de 60 que veranea en Uruguay. Esta temporada el plan era quedarse hasta después de Semana Santa, pero la pandemia lo "obligó" a instalarse en su chacra en las afueras de Punta del Este. Las noticias que le llegan desde Argentina lo terminaron de decidir: no vuelve. Hoy vive del otro lado del río con su mujer, pero lejos de sus hijos, que quedaron en Buenos Aires. "Uruguay es un país especial, te recibe bien, la gente es cálida y el gobierno es muy diferente", comenta el empresario agrícola que renunció a todas sus funciones ejecutivas en la empresa que tiene en Argentina para obtener la residencia fiscal, aún en plena tramitación. Hoy, dedicado a full a sus actividades agropecuarias en el país vecino, cuenta los días para que termine el confinamiento y poder viajar para conocer a su nieto que nació hace poco más de un mes. "Es una buena oportunidad vivir acá, pero a la vez es triste la decisión de irse del país donde uno nació", concluye. Diferente fue el recorrido de Alejandra Covello, fundadora de la inmobiliaria que lleva su apellido. Cambió el ruido de Buenos Aires por tranquilidad, tiempo y contacto con la naturaleza. "Acá puedo llevar a mi hijo al colegio, algo que nunca pude hacer en Buenos Aires. Además, puedo manejar mis negocios en Estados Unidos y Buenos Aires desde acá", comenta Alejandra, que se instaló en febrero. "Antes de la pandemia, el proyecto era residir 70% del tiempo allá y 30% en Buenos Aires, pero ahora decidimos mudarnos definitivamente", afirma la broker con negocios en Uruguay desde hace más de 15 años. Sus hermanas, con quienes trabaja desde los inicios, serán las encargadas de tomar las riendas de las oficinas en Buenos Aires. Sin embargo, expatriarse no es una aventura para cualquiera. Silvia Friedburg vive en Uruguay desde hace ocho años y plantea algunos puntos a tener en cuenta. "En lo económico, depende de la situación personal y también de la edad, no es lo mismo para una pareja joven que recién empieza que para el veterano que se retira con sus finanzas afianzadas. Hay que tener en cuenta que Uruguay es un país pequeño al igual que su mercado, por lo tanto, es muy importante analizar qué actividad se decide realizar". Respecto a los afectos, asegura que instalarse definitivamente en Uruguay conlleva un costo en lo social. "Acomodarse a la nueva situación lleva años, en especial lo vinculado a la formación de un nuevo círculo de amigos", afirma. Claves a la hora de comprar una propiedad Más allá de las facilidades que fomenta el gobierno uruguayo, obtener la residencia fiscal no es tan sencillo. Para empezar, hay que tener en cuenta para quienes deseen hacerlo que obtener la baja en Argentina lleva su tiempo. Respecto a la inversión, las opciones para llegar al valor requerido para la residencia fiscal se puede alcanzar comprando varias unidades chicas o una grande. El decreto del gobierno uruguayo estima una inversión que al dólar actual equivaldría a unos US$ 380.000. "Habla del valor de compra, es decir que no importa si el valor fiscal de la propiedad es inferior", explica Federico Fischer, managing partner de Andersen Tax & Legal. Asegura que en los últimos días recibió una "ola de consultas". Muchas desde Argentina, pero también de Brasil y otros países. Fisher apunta que la inversión en inmuebles debe ser realizada desde el 1 de julio de 2020, junto con la permanencia de 60 días al año. Ignacio Camps, director de la inmobiliaria argentina Evoluer, reconoce que si bien en Uruguay es más caro construir que en Argentina, es una buena apuesta. "En pozo, un proyecto top te cuesta lo mismo que en Palermo (Buenos Aires). Podés entrar en un pozo a US$ 3500 el m2 para terminar saliendo, una vez finalizado, en US$ 4500 el m2", asegura. El broker afirma que hay opciones de US$ 170.000 por un dos ambientes en un proyecto, por ejemplo, al lado de World Trade Center en Montevideo u otras por US$ 200.000 en Carrasco. "Son unidades que te pueden dejar una renta de alquiler anual en dólares de entre 4 y 5% anual", calcula. En preventa, los argentinos pueden "entrar" al emprendimiento invirtiendo 20% y financiar el 80% hasta la posesión. Hubo más movimiento fuera de temporada este año.
Federico Gagliardo, presidente de la desarrolladora Vitrium Capital, señala que en plena pandemia hubo un incremento del 25% en las consultas y adelanta que junio lo cerrará con récord de ventas en ese país. Por último, en los próximos días se aprobará la ley que quita la obligatoriedad de bancarización de todas las operaciones. "Antes, arriba de US$ 4000 estabas obligado a bancarizar cualquier operación que hicieras. Con esta ley, tendrás la libertad de elegir el medio de pago en operaciones de hasta US$105.000. Esto va a ayudar a mucha gente que era reticente a abrir cuentas en los bancos, sobre todo los argentinos, a elegir otros medios de pago", comenta Banchero. Pero quien apuesta por Uruguay tiene que saber que no se hará millonario ni obtendrá grandes ganancias. "Es como somos los uruguayos...medio aburridos, pero estables -se ríe-. Nosotros tuvimos nuestra crisis en 2002, similar a la de ustedes. El dólar se triplicó y llegó a 32 pesos. Pero veinte años después, nuestro dólar está a $ 42 . Eso es estabilidad", dice Pereira. El mercado esteño Punta del Este es otro mercado y las oportunidades están dadas por los propietarios argentinos que no pueden soportar las altas expensas en dólares de los megaproyectos -en algunos casos alcanzan los US$ 1500 mensuales-. "Las bajas de precios dependen de la necesidad en cada caso, pero hay algunos que se venden hasta el 30% por debajo del precio publicado", agrega Blizniuk Salaya, de Salaya Romera. "El valor oscila entre US$ 3000 a US$ 4000 el m2 para un departamento con amenities en Punta del Este, con buena vista, aunque no necesariamente primera fila", analiza. Pero cuidado con inversiones grandes: a veces los departamentos más caros tienen expensas muy altas y su target para alquilar es sólo el veraneante de la primera quincena de enero. "Lo muy top se alquila diciembre y principios de enero. Se alquila alto pero no llega a cubrir después los gastos anuales. En cambio, los intermedios se rentan más veces porque tenés un perfil de cliente también para febrero", explica.
Fuente:Negocios.ElPais
Foto:Co-Marketers
Comments