Las causas son la incertidumbre económica y los temores políticos. Son inversores chicos.
“El dinero tiene el coraje de una liebre, la memoria de un elefante y las patas de un antílope”. La frase pertenece a Werner Varga, un economista del principal banco austríaco de los 90. Desde hace años, está colgada en un cuadro en la redacción de Ámbito Financiero. Fue a pedido del fundador de este diario, Julio Ramos, para que nadie olvidara el comportamiento de los inversores. Hoy sigue vigente y sirve para ilustrar el momento actual. La inestabilidad del dólar y la incertidumbre política, con elecciones presidenciales determinantes en corto plazo, parece que hacen honor a aquella sentencia, y el sector inmobiliario es un buen ejemplo. Mientras en el mercado local las ventas caen más de 50% respecto al año pasado, la demanda de inmuebles en Uruguay, por parte de argentinos, comenzó a crecer en los últimos meses.
Así lo confirmó a Ambito el presidente de la cámara sectorial de ese país, Wilder Ananikian. “Desde septiembre pasado, aproximadamente, están creciendo las consultas y las operaciones por parte de ciudadanos argentinos. En su mayoría, compran para poner los inmuebles en alquiler y obtener una renta”, señaló. La fecha establecida por el empresario coincide con el salto del dólar a $40, la salida de Luis Caputo del Banco Central y su reemplazo por Guido Sandleris. También, por ese tiempo, comenzaron a salir las primeras encuestas en las que Cristina de Kirchner aumentaba sus chances de volver a ser presidenta, en caso de presentarse a los próximos comicios.
No se trata de grandes inversores sino de pequeños, ya que la búsqueda es de propiedades de un monto de aproximadamente u$s200.000 como máximo y el destino elegido es Montevideo, especialmente la coqueta zona de Pocitos hasta Carrasco y Punta Carretas. Por este dinero se puede acceder a departamentos de dos o hasta tres ambientes chicos. Aunque también hay demanda para unidades de menores dimensiones. “En lugar de un departamento de u$s200.000 de mayor superficie, se opta por dos de un ambiente que se puede conseguir en alrededor de u$s100.000 cada una”, explicó Ananikian.
Hay distintos motivos que explican este fenómeno. Uno es la mayor renta que se obtiene respecto al mercado argentino. Un departamento de un ambiente de u$s100.000 puede dejar una renta anual de entre 4,5% y hasta 6%, descontado el pago de impuestos. En la Argentina, una propiedad de esas características y de igual valor, en barrios como Palermo o Belgrano, se alquila en unos 12.000. La renta es de 3,3%. Luego del pago de Ingresos Brutos y Ganancias, la renta cae a 1,8%. La ventaja de los alquileres en Montevideo es que, pese a que también el país está pasando por problemas económicos, no son de la magnitud de la Argentina. Eso otorga mayor estabilidad. “Es una renta en dólares asegurada que no se puede obtener en la Argentina por la inestabilidad económica” explicó Gustavo Pereira, de la inmobiliaria oriental Amarras.
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Otra de las explicaciones que encuentra en Uruguay a este cambio de los últimos meses es que muchos argentinos que tenían ahorros en negro y fueron blanqueados prefieren invertir sus dólares lejos de los vaivenes argentinos ante el cambio de reglas de juego permanente. Cuando desde el kirchnerismo se habla de controlar el mercado de cambio, el recuerdo del “cepo” hace correr un frío por la espalda de los inversores. Hay que recordar que hasta 2015, el mercado inmobiliario estaba prácticamente paralizado por la dificultad (para la mayoría de la gente) de acceder a la moneda estadounidense. Algunos operadores argentinos -que prefirieron la reserva- confirmaron que ese miedo es real.
El mercado de la capital uruguaya es una copia en pequeña escala del argentino, en tamaño pero también en sobresaltos. Como casi toda la región, el nivel de actividad es menor que el de un par de años atrás. “Está amesetado”, explican. Sin embargo, se espera una recuperación que se reflejará en la revaluación de los inmuebles. Es por eso que, además de la renta por el alquiler, hay que sumarle una ganancia por el aumento de la propiedad. El titular de la CIU dio un ejemplo de lo sucedido recientemente. En los cinco años que siguieron a 2007, hubo una suba de los precios de las propiedades que hizo que, tomando el valor en dólares de una departamento en aquel año, cinco años más tarde, con la misma cantidad de dólares se pudiera comprar la mitad del mismo inmueble. Un menú apetecible para liebres, elefantes y antílopes.
Fuente: Ambito
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