Mucho se habla hoy en día de los cambios que dejará la pandemia en los usos y costumbres del mercado inmobiliario.
Una de las cuestiones que sin dudas cambiará será la manera de vender las propiedades. Las limitaciones impuestas por la cuarentena obligatoria han acelerado la profesionalización del proceso comercial de inmuebles y ese avance es hoy irreversible.
Esta profesionalización podrá observarse desde diferentes puntos de vista. En cuanto a la presentación de los inmuebles para la venta, por ejemplo, las fotografías profesionales aparecen como un elemento destacado ya que pueden mostrar el máximo potencial de una propiedad. Asimismo, los tours virtuales ahorran visitas innecesarias y permite focalizar la atención del bróker en potenciales compradores que muestren un mayor interés por adquirir o alquilar un inmueble.
Desde el punto de vista del marketing, las estrategias mixtas entre marketing digital y tradicional se entrecruzarán. Las redes sociales y la big data brindan una enorme oportunidad para quienes planifican comercialmente con ellas. La mayor cantidad de información por parte de los corredores disminuye la incertidumbre de los compradores.
Por último, desde el punto de vista del financiamiento, creo que los desarrolladores y los inversores pondrán facilidades de venta con nuevos canales de financiamiento, como una forma de brindar un diferencial de venta, incluso financiando después de entrega.
La cuestión de los valores de los inmuebles y de la tierra es otro factor a tener en cuenta. Los precios de las propiedades suben por aumento de costos de construcción, por aumento de crédito para la compra y por aumento de la demanda. En cambio, los precios bajan por la disminución de costos de construcción, por existencia de deudas y por caída de la demanda.
El mercado de la propiedad inmobiliaria está compuesto por inmuebles residenciales, comerciales, industriales y tierra urbana, sub urbana y de uso menos intensivo. Todos estos mercados tienen un comportamiento heterogéneo.
Creo que hoy resulta evidente que existe una disminución en los costos de la construcción y una caída en la demanda. Pero como el propietario de nuestro país no tiene deudas en su gran mayoría, las caídas en los precios de los inmuebles se darán solo en aquellos casos donde el propietario tenga la necesidad de vender o en aquello donde, lo que yo denomino el “factor de utilidad” de ese inmueble para el propietario, haya disminuido por razones propias (mudanza, divorcio, herencia, u otra razón). Por otra parte la tierra urbanizable es escaza y sigue el comportamiento de lo antes mencionado.
A mi modo de ver, el bróker inmobiliario se encontrará con tres beneficios una vez finalizada la pandemia: Inmuebles más baratos, posibilidad de venderle a los desarrolladores y posibilidad de utilizar el marketing digital para mejorar el proceso de compra de los clientes.
(*) Educador financiero y autor de 2reale.com
Fuente:Ambito
Comments