Novedades aprobadas por la Junta de Maldonado; ponen fin a dos largos procesos.
Finalmente Poseidón no se demolerá, y en La Barra se aprueba proyecto hotelero muy cerca del puente ondulante que autorizó el canje de un predio por la desafectación de un pasaje de 10 metros que separa el padrón donde se construirá el hotel del terreno contiguo donde se encuentra el edificio Delamar.
Poseidón seguirá siendo la postal de entrada y salida de Punta del Este.
Una excepción, autorizó el nuevo proyecto del grupo inversor para que se pueda construir un edificio manteniendo la emblemática casa de Punta del Este.
La modificación al diseño original, que preserva la obra del arquitecto Samuel Flores Flores (1933-2017) y su parque circundante, fue apoyada por los dieciseis ediles del Partido Nacional y los trece del Frente Amplio. Los dos ediles del Partido Colorado se abstuvieron de votar y optaron por no ingresar a sala.
El nuevo diseño demandará una inversión de U$S 27 millones. Parece increible pero la controversia se extendió por siete años. Recordemos que ante la posibilidad de demoler la casa, hubo una reacción inmediata de vecinos, del ámbito académico y de la propia familia del arquitecto Flores Flores, que comenzaron a movilizarse para evitar que una de las postales más reconocidas del balneario desapareciera. La Facultad de Arquitectura y la Comisión del Patrimonio Cultural, emitieron declaraciones en las que exhortaron a evitar que la obra de Flores Flores siguiera el mismo derrotero que tantas edificaciones de calidad de la Península.
Así mismo la Intendencia de Maldonado abrió un espacio de diálogo con los actuales propietarios de la casa e impulsores del proyecto denominado Poseidón Laguna. Inicialmente, planteaba la demolición de la casa y la construcción en su lugar de tres edificios. Sumaba diecisiete mil quinientos metros cuadrados, incluyendo garages y servicios. Sus autores, fueron los arquitectos argentinos Mario Roberto Alvarez y Asociados y su contraparte uruguaya Julio Plottier.
El proyecto aprobado mantiene la casa y el jardín a salvo.
El diseño sancionado ahora por la Junta Departamental, implica la edificación de tres edificios, de cinco pisos cada uno. Las construcciones se levantarán por detrás de la casa, y el primer nivel se contará a partir de la azotea de Poseidón. La casa y su parque se mantienen. La inversión prevista es de U$S 27 millones.
Una historia de controversias de 7 años
El grupo inversor adquirió la residencia y el parque que la rodea, ocho años atrás en U$S 7 millones, accedió a presentar otra propuesta con la condición de que no se modificara la cantidad de metros cuadrados autorizados inicialmente. Sus actuales propietarios, tienen derechos adquiridos ya que su anterior propuesta fue aprobada en 2012 durante la administración del intendente Oscar de los Santos. Mencionada autorización nunca contempló el mantenimiento de la obra de Flores Flores, y se otorgó en el marco de la reglamentación que habilitó la construcción de edificios de baja altura en la rambla de la Mansa y Brava.
Poseidón fue edificada en un terreno de once mil metros cuadrados, a orillas de la Laguna del Diario y perfilada hacia el mar. La residencia ocupa sólo ochocientos cincuenta metros cuadrados del predio.
La casa fue diseñada por Flores Flores en 1978, a pedido del empresario argentino Arnaldo Martinenghi, propietario de los desaparecidos Astilleros Alianza y del Haras La Madrugada. El propio arquitecto solía referirse a Poseidón como una de sus obras más preciadas. Flores Flores egresó de la Facultad de Arquitectura en 1963 y al poco tiempo se radicó en Buenos Aires. En Uruguay dejó otras huellas, como un proyecto en Las Grutas de Punta Ballena y el emprendimiento Casa Torres Blancas en San Rafael, hoy demolido.
El otro proyecto aprobado implica una inversión de 3380 m2 y otra gran polémica
La propuesta es construir un hotel a poca distancia de la desembocadura del Océano Atlántico en un predio de 1320 m2, delimitado por la Av. Victor Haedo y el Arroyo Maldonado, con suites de 55 m2 cada una en tres plantas, además de un restaurante con piscina y otros amenities.
La incógnita ahora es si estaremos ante otra controversia porque los vecinos ya comenzaron una petición para que no se realice el proyecto.
Nueva polémica instalada porque temen que los privados restrinjan el acceso público al arroyo, donde se practican deportes u otras actividades como la pesca. Versión que ha sido negada por los empresarios, que afirman que ahora quedará claro qué es público y qué es privado.
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